“Una experiencia no grata, pero siempre sale algo bueno de todo esto. No nos bajamos ante la adversidad y regresaremos a la Ciudad de México con el chip de seguir trabajando.” -expresó el back defensivo Gerardo Ramírez.
Dos derrotas al hilo para Mexicas tras la semana cuatro, con el característico de estar cerca de saborear la victoria; sin embargo, algunos errores los colocan en situaciones poco favorables al final de los encuentros, siendo de las cosas más frustrantes para la “sangre mexica”.
A pesar de no lograr los resultados deseados el head coach Héctor Toxqui ha percibido cierta evolución en el equipo que le da la señal de estar más cerca de conseguir esas victorias y, aunque el tiempo está corriendo, confía en que el equipo llegará a la madurez para cerrar la temporada regular.
“Sí hay mejora, pero lo que hemos dado no ha sido lo suficiente. Lo más importante es mantener la actitud y los objetivos Seguimos en la pelea, tenemos los objetivos bien claros. Haremos que esto funcione para nuestra afición, para el equipo y para la liga.” -comentó el head coach Héctor Toxqui.
En esta ocasión, a diferencia de los juegos pasados, vimos la rotación de los tres quarterbacks del equipo. Ricardo Quintana (número 5) quien tuvo 137 yardas, una intercepción; Brandon López acarreó más el balón, una intercepción y Erick Pérez quien logró 40 yardas aéreas, también fue interceptado.
A pesar de no poder establecer un juego sin errores a la ofensiva, también se vio la aparición de receptores como Christian Gómez (número 18), Mario Ortíz (número 84), Ditter Smith (número 17) y la fabulosa carrera hasta la anotación de Vladimir Araiza (número 33) que los acercó al marcador, jugadores que poco se habían notado en partidos anteriores.
“No hemos sido constantes y se ha notado ya que, en dos cuartos, podemos hacer lo que queremos, pero iniciamos muy flojos. Tomamos lo malo de lo que sucedió en Monterrey para no repetirlo. Talento hay, buen coacheo lo tenemos; hay que trabajar.” -Vladimir Araiza.
Mexicas regresa con un mal sabor de boca, pero la cabeza en alto, pensando en el siguiente encuentro, concentrándose en afinar esos detalles que les han hecho falta para tomar el camino adecuado.